(Sainete filosófico en un acto en el acto)
El cogito está en las grietas, y acecha.
Tanto anticantismo – dice un filósofo con muñeca – y al final terminan llorando por “una nueva Crítica de la Razón Pura”. Al cogito lo espantás y siempre regresa, contesta el verdulero. La “ética del deseo” – argolla, digo arguye -¿qué es? ¿El salvajismo o una contradicción campante? “Obra de tal modo que tu acto esté conforme a tu deseo” ¿Pero quién lo dice? Y ¿quién nombra tu deseo? ¿Quién lo impone? Perón contesta la muñeca del filósofo, novia de Chucky y Geniomalvada del Mismo Investigador Infantil, Perón sin deudas….Perón. No nos desviemos del plano meramente teórico – retruca el filósofo – aunque teórico sea, infantoteórico, don’t worry. ¿De qué sirvió – un vecino de la intersubjetividad del entretexto interpela al Autor – cuidarte tanto de la tos, no comer más de lo que el médico indicó, si al final, terminás engrasando los égidos del new-cogito? Tanto jugar al todo mezclado-todo mezcludo y al final…¿eh? Era per codere che, tampoco es para tomarlo así, se ataja el filósofo en estado de pispireta navegando la entrelínea de una cachucha trágica. “¡Algo ¡ay! que a-ser!”
Los vientos alicios obligan al filósofo a no abstenerse de…seguir, seguir seguir. ¡Elco gito! ¡Elco gito! ¡Elco gito! se escucha el lejano grito de una multitud dedicada a la contemplación…del cach (assKantcash): televidentes del cachar flogistos con el cogito en la mano, o(h) desfachatext. Mirá nena neurótica – le dicta su mala conciencia, amigo fiel, a aquel teórico, sexual, e infantil, barrabrava con chufas - ¡mirá lo que te digo! ¡mirá lo que te digo! El Autor os ha citado aquí para haceros no creer que tiene algo que decir y nuevo, de nuevo…mirá lo que te… Posfroidianos, posesctructuralistas y en fin…siempre terminarán volviendo en algún momento al cogito y al sujeto cantiano. Lacan, Foucault, Deleuze, y todos los muchachos. Pensar contra uno mismo, autoabusarse, es un careo con el Duendecillo Malo.
Los Demás del Diablo, no-filósofos.
Moralejas:
La Filosofía no es un Poder. El Discurso Analítico es el Reverso del Discurso del Amo. En teoría, todo es tan lindo.
El discurso anal-lítico, es el impenetrable, el Amo en tanto dicente de un “acá no me van a coger”
La Universidad es su propia Histérica. Todo ya.
Ojo con los Defensores de la Causa del Deseo me hijo Mi-Padra. Ojo al piojo pollo.
¿Quién paga? ¿Quién paga el asistencialismo al cogito?
FINES DE LA DIALÉCTICA
Cayó un cometa sobre la tierra,
o sea estalló la Revolución.
Con el objeto de desear decidí,
pues, sentarme. Y a ver qué pasa.
El imperativo categórico analítico es la reversión del imperativo del perverso; es el imperativo del perverso pero como heterónomo.
El filósofo es la analista. O sea, allí donde las lelas cruzan - la piernas – de las paralelas de poder-saber. El Filósofo es el Analista-Histérica.
La filosofía es un contrapoder y un contrasaber con la inclinación infalible de volverse contra sí misma.
En cualquier momento el Filósofo se vuelve Profesor, el Analista Amo, y tous contra tous, omnia in omnes…todo mezclado, todo mezcludo. Dejad que el confundido se divierta con su confusión. Apiadaos de un hombre feliz.
O al menos, apiadaos de un hombre.
- ¡Corte!
Una sarmientita y un macedoniano: encontronazo. Pero sin parte delantera.
La polla de Babelonia.
El escritor, un sócrates sin otro, se dedica a conocerlo.
Tributo a Narosky.
…Un filósofo cualquiera.